Te abracé y tú te quedaste para siempre. No te marchaste del todo al desaparecer físicamente. Y yo de cuerpo presente siento que estoy un tanto ausente. Porque mi alma se fue contigo y tú dejaste la tuya conmigo. Cuerpos separados. Almas invertidas. Un amor callado que se resiste a ser olvidado. Un recuerdo fugaz que sana todas las heridas.
Susurros de un diario matutino